Antología Áurea. Poesía de los Siglos de Oro.
Como suele ocurrir con los periodos de esplendor de la literatura y las artes, los Siglos de Oro fueron propiciados o
coincidieron -al principio, al menos- con el apogeo político, militar y económico de la nación en que se desarrollaron. Al
ascender Carlos I, de la familia de los Austrias, al trono de España en 1517, luego coronado emperador del Sacro Imperio
Romano Germánico como Carlos V, comenzó un reinado vertiginoso que se caracterizó por la hegemonía hispánica en Europa
y América. El emperador era hombre hábil y enérgico, con la mentalidad de un caballero medieval, que soñaba con una Europa
unida tanto en lo político como en lo religioso, pero enfrentó no pocas dificultades: la inmediata oposición de las naciones
enemigas, notoriamente Francia e Inglaterra; la escisión de la Iglesia católica por parte de los protestantes; la amenaza de los
turcos; los conflictos internos. Al mediar el siglo era evidente que no lograría sus propósitos y en 1556 abdicó la corona en
favor de su hijo, Felipe TT. Dejaba atrás, sin embargo, el legado de una España proactiva, expansiva, internacional. En términos
literarios, quizá su mejor representante sea el poeta soldado Garcilaso de la Vega, innovador y cosmopolita; en términos
religiosos y filosóficos, favoreció el erasmismo, la corriente de pensamiento derivada de Erasmo de Rotterdam, que buscaba
una espiritualidad más sencilla y sincera, menos basada en ceremonias y gestos exteriores, y que pretendía reformar el
catolicismo desde dentro.