Laboratorio de teatro campesino e indígena
Medio siglo de historia
Sembradíos, pantanos, graderías junto a graneros, vestuario elaborado con materiales y manos de las mismas comunidades, caballos y bueyes de la faena a la escena; calles, ríos y vegetación de los pueblos mismos, son las escenas ordinarias del Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena, desde hace más de 40 años.
Pocas miradas tan sensibles como las de Lourdes Grobet, una de las más destacadas y contemporáneas —con sus significaciones diversas— fotógrafas de México, podrían testimoniar la belleza del Teatro Campesino, que conoció a principios de la década de 1980.
Esta relación ha sido tan fructífera como duradera y se materializa en más de 25 000 negativos de su archivo fotográfico: es un vasto registro que cubre desde las primeras hasta las más recientes representaciones realizadas en los cálidos territorios del Laboratorio. En él, su captura única se ha mantenido y al mismo tiempo evolucionado. Sirva este libro como testamento gráfico de la labor que rea-izaron hombres y mujeres comprometidos con el arte y la cultura, y también como homenaje a María Alicia Martínez Medrano, Rodolfo Stavenhagen y Julieta Campos, quienes ya no están entre nosotros, y a los habitantes de Oxolotán, Simón Sarlat, Tucta, Mazateupa, X’ocen, Ticul, San Silverio, y de todas las comunidades a las que han tocado con su ejemplo. Vaya también como una merecida victoria de Lourdes Grobet, a los hacedores y amantes del teatro —que pueden y deben existir en cualquier lugar— y al arte en los pueblos de México. Porque el arte siempre pervive, y nosotros lo hacemos con él.