Arquetipos de la Femineidad Norteña
A menudo pareciera que nacer mujer implica venir al mundo con una cartilla determinada de lo que se espera de nosotras: dejar la racionalidad para privilegiar los asuntos sentimentales, cuidar de los otros, postergarnos, adaptarnos a cierta estética, transar nuestra libertad y ponerla al servicio de quienes nos rodean. Nacer mujer implica, hasta ahora, habitar un cuerpo que no nos pertenece, por cuanto no solo se moldea según los estereotipos culturales, sino que, además, se encuentra en constante exposición al maltrato, abuso y decisiones políticas y legales de otros.