Desarrollo capitalista en el campo y rebeliones indígenas en el porfiriato
En este libro se trata de mostrar que las rebeliones campesinas son producto de la forma como el capitalismo se desenvuelve en México, y más concretamente, de la manera como el capital irrumpió en el campo durante el siglo XIX, en medio de una economía dependiente. La Revolución mexicana se ha presentado como un movimiento de carácter eminentemente agrario, en el cual la participación campesina en las filas de los ejércitos revolucionarios fue decisiva para la caída del dictador, así como para las posteriores relaciones de producción en el campo. A partir de esta caracterización, estudiamos los levantamientos campesinos que antecedieron a la Revolución mexicana: el grado de desarrollo económico, político e ideológico del campesinado. En la presente obra nos concentramos en el estudio en las repercusiones económicas, abordaremos los problemas que consideramos más apremiantes de 1877 a 1910: el gran impulso al proceso de desposesión y descomposición del campesinado; el traslado de la tierra, antes en manos de la iglesia a los campesinos e indígenas, los terratenientes y empresarios, y una parte de la clase media; así como a la adecuación de la producción agrícola a los requerimientos del capital con el fin de incrementar, de manera notable, la producción de materias primas para la industria y los cultivos de exportación.