Mi camino a Santiago de Compostela
Mi camino a Santiago de Compostela, de David Cienfuegos Salgado.
[…] En este caso también hay que decirlo, como en todo, hay de caminos a caminos y de métodos a métodos. El de Compostela es un camino que está inscrito en una muy antigua y arraigada tradición de la cultura cristiana, cuya fundamental motivación es la fe. Sin embargo, esta fe puede ser, en un momento dado, un motivo esperanzador o en su defecto, la búsqueda de la fe misma, ir al encuentro de “algo” que sentimos nos hace falta y nos “obliga” a salir de nuestro universo para hallar un nuevo horizonte, que se amplía y nos muestra lo más importante de cualquier filosofía existencial: ¿quién soy? ¿de dónde vengo?, y ¿a dónde voy? Bien puede ser y de hecho lo es esta travesía, que tal vez para algunos es un deporte, para muchos otros es un reto o una aventura, un espacio espiritual o simplemente es un desafío a su propia voluntad. Someterse a este tipo de experiencias nos hace aprender que esa búsqueda interior sólo precisa de un requisito indispensable, la reflexión y de ahí podemos llegar al autoconocimiento y a la consciencia de sí.
[…] Camino y memoria en la ruta que nos lleva a Santiago de Compostela, es la doble trayectoria de una lectura, la entrega de todos por una fe compartida y la esperanza particular y propia de un hombre, en el trazo de su viaje interior y profundo; es esa energía de vida de ir más allá ¡ultreya!, más adelante como dicen los gallegos para, no sólo llegar al fin de mundo o la finis terrae sino para probarse a uno mismo hasta dónde podemos llegar. De ahí que Santiago Apóstol, en su ferviente culto popular y religioso, sea memoria y no olvido, sea mestizaje entre España y México, entre Europa y América. Santiago es un caballero que en su misión de ir a los confines de la tierra, hoy a pesar de la distancia y del tiempo, nos permite a ir al encuentro de nosotros mismos (del prólogo Camino y memoria de Frida Varinia). Quadrivium Editores