El tiempo de la erótica en la sociedad pornográfica
El tiempo de la erótica en la sociedad pornográfica apuesta a trazar el enigma de la erótica y la dimensión del deseo en el paraje de la sociedad pornográfica a partir de los diálogos entre la filosofía, el psicoanálisis y el arte. Para Manuel Felguérez el arte era vida que produce placer estético. Hombre de una dimensión creativa de confines amplios, no supo acoplarse a las estrecheces en las que pretende ajustar la academia al genio que posee el artista. Pintor, escultor, 8 artista digital, creó un arte dinámico, que implica no sólo a los sentidos, sino también los deseos. Prueba de ello es el encargo que, en el año de 1973, el cineasta Alejandro Jodorowsky hizo a Felguérez, pidiéndole la creación de una «fábrica de arte». «Así, Felguérez imaginó un dispositivo que respondía a la estimulación sensible para activarse y lo llamó La máquina del deseo: un monstruo color gris acero, parte engranaje, parte composición geométrica» 1. La máquina es activada por medio de las caricias provenientes de una sacerdotisa; la máquina se excita y se dilata «Desdoblada en toda su gloria, la máquina del deseo alcanza el éxtasis» 2. El funcionamiento de La máquina del deseo, fuera de cuadro, era llevado a cabo por danzantes desde su interior. Escultura, danza, artes escénicas y digitales. 3. Se pusieron en juego en el movimiento del deseo creado por Felguérez para esta obra. Esta dimensión es la que se buscó trabajar y despertar en esta obra, donde la palabra y la letra se esforzaron para intentar construir pensamiento y una posición en torno al tiempo, deseo y cuerpo. Es así como los escritos de este libro guardan una relación particular con lo ocurrido en la obra de Felguérez.