El asesinato de Zapata
Corría el año de 1919 y los combatientes del ejército del sur estaban exhaustos, habían enfrentado a los ejércitos de cinco presidentes a lo largo de ocho años. Sus enemigos sabían que la principal arma de los zapatistas era el cobijo que les brindaban los pueblos y comunidades. Y ante la incapacidad para derrotarlos, comenzó a urdirse la conspiración desde los más altos escalones del poder carrancista, que trágicamente terminaría la tarde del 10 de abril en la hacienda de Chinameca, donde caería acribillado el general Emiliano Zapata. Nos honra y entristece al mismo tiempo que este documentado y emotivo texto de Felipe Ávila, sea acompañado por las ilustraciones prematuramente póstumas de Antonio Helguera, uno de los mejores caricaturistas que ha dado México.