Crimen y castigo
Las amargas situaciones que experimentó desde la infancia, le permitieron tener una gran empatía con los pobres y los enfermos, con la gente que sufre algún tipo de injusticia o que es víctima de los abusos de poder. Él conoció lo más sublime y bello de las personas, pero también lo más oscuro y desagradable. No idealizó a la naturaleza humana, pero tampoco la despreció. Sabía que los hombres y las mujeres somos capaces de lo peor, pero también de lo mejor.