Amor a destiempo
Matías e Isabella se enamoraron perdidamente el uno del otro durante su adolescencia pero, cual Romeo y Julieta, una discordia familiar que concluyó en tragedia los obligó a separarse, a poner una vasta distancia de por medio y a crecer con la idea de que nunca más se volverían a ver.
A diferencia de la tragedia de Shakespeare, los dos jóvenes continuaron con su vida, rodeados de la misma familia que los separó, pero sin dejar de ilusionarse con la sola idea de volver a encontrarse en algún momento de su existencia.
Amor a destiempo, la obra de Dora María Fernández, nos deja en claro que el amor verdadero nunca muere y que en algún pasaje de nuestras vidas, a veces más tarde, a veces más temprano, se presentará la ocasión de retomar el tiempo perdido y gozar de esa dicha inicua de perder el tiempo de la que hablaba el poeta Renato Leduc.
Los personajes de Amor a destiempo nos muestra que el tiempo, la lejanía, el remanso de los años, también pueden ser aliados para la realización del amor.
Amor a destiempo es una obra que no debe perderse nadie que aún esté en busca de recuperar el tiempo perdido.