Reseña

Jerusalén, ciudad palpitante donde convergen incontables lenguas, culturas y religiones, es el escenario vivo de esta primera parte de la trilogía “Ciudades a la deriva”. Entre un mar de refugiados, espías y exiliados políticos, hay una pequeña pensión donde habita Manos, un soldado griego con una delicada misión por cumplir en medio de la guerra. Sin saberlo, esa misma misión lo llevara a entrar en un círculo de pasiones que gobierna secretamente la ciudad de la mano de una hermosa austriaca. Divididos entre el deber y sus anhelos, los huéspedes de esa pensión cosmopolita encarnan los contrastes entre múltiples ideologías, y, a su vez, dejan ver los deseos inconfesados y los estragos que la segunda Guerra Mundial dejó en el Oriente Próximo.