La vida es sueño
Calderón de la Barca es un digno heredero del temple y la rigurosidad del teatro clásico español de Lope de Vega. Escrita en 1635, La vida es sueño es su obra cumbre y un hito del barroco español. El espíritu filosófico impulsa el drama personal de Segismundo, quien se obsesiona con la idea de que la vida es un sueño o una prisión donde las tinieblas confunden la realidad. En esta obra Calderón alcanza los dilemas universales: la divinidad, la predestinación, el albedrío, la falsedad de la realidad, el descrédito de la experiencia sensible del mundo y la simulación de las apariencias.