Reseña

En estas páginas comparto muchos años de experiencia personal y profesional al respecto de uno de los eventos más maravillosos de la naturaleza, el nacimiento de una nueva vida. Todo recién nacido representa una inmensa alegría para las familias (o así debería ser) sin embargo, en la mayoría de los casos los nacimientos vienen cargados de información desde la concepción que también se denominan memorias (huellas, improntas, tatuajes) de tipo celular, emocional, energética, espiritual, que representan asuntos familiares frágiles o debilitantes para los recién llegados a la vida.
Nacer como primera experiencia es un diseño exacto que está instalado desde hace milenios en cada bebé que llega al mundo y en cada mujer que va a ser madre. Es un modelo natural y saludable, extraordinario, entrañable, vinculante, amoroso que en lo posible no debería ser interrumpido, intervenido, invadido por nada ni nadie. A través del tiempo las condiciones socioculturales en el mundo occidental han modificado las cualidades de este modelo, de manera tal que desde la concepción, gestación y nacimiento han dejado de ser procesos de confianza y seguridad para madre e hijo. Hoy día están constantemente salpicados de riesgos, inseguridad, intervenciones médicas y tecnológicas excesivas que interfieren, dando como resultado constantes interrupciones en la unión del bebé con su madre. Interrupciones que provocan una conexión frágil del recién nacido con su vida misma y que trasciende en toda su vida futura.
En este libro presento Renacimiento Sistémico® como un modelo psico-emocional y vivencial de intervención para reparar las memorias inconscientes de dolor, culpa, miedo, vergüenza, etc., de mamá que absorbe todo hijo, que pueden ser sustituidas gracias a esta experiencia profunda de segundo nacimiento para unir la separación del hijo con mamá, separación también llamada Herida Original, para fortalecer la confianza y seguridad del Renacido para que escriba nuevos y exitosos capítulos de su vida. Para reconciliar y fortalecer la unión padre, madre e hijo y la armonía del sistema familiar del que somos parte.
Navegar en las profundidades de nuestra historia silenciada o desconocida no es fácil, sin embargo, atreverse es muy prometedor, yo te acompaño.