Andrés Manuel del Río Fernández
Madrileño mexicano. Descubrió el vanadio y colaboró en la Independencia de México
Andrés Manuel del Río Fernández, madrileño de nacimiento y mexicano de corazón, como lo asevera una conversación que mantuvo con Ignacia Gandiaga, esposa de Fausto Delhuyar, cuando al regresar de
España ésta le preguntó: ¿A dónde se dirige usted, del Río? ¿No sabe que México se ha hecho independiente? y responde, Sí señora lo sé, pero vuelvo a mi patria.
Del Río es una muestra de cómo el racionalismo en el pensamiento del hombre de principio del siglo XIX, no fue exclusivo de Europa, sino que trascendió a América, en este caso a la Nueva España, con lo que se comprueba, una vez más, el intercambio de ideas y prácticas entre ambos lados del Atlántico, y que lo americano no ha estado nunca ausente del quehacer de los españoles y de los europeos en general.
Del Río, brillante exponente del mestizaje entre ciencia y humanidades, traza un puente entre las culturas española y mexicana, y enlaza la tarea como científico, descubriendo el vanadio en el mineral plomo pardo de la mina de Zimapán, con la de político, cuando es enviado a las Cortes españolas en Madrid para defender la independencia de México, donde tiene intervenciones, muy elogiadas, en las Sesiones, que el amable lector puede leer algunas en este libro. Del Río aunó en su
personalidad lo utópico frente a lo jurídico, y llegó a unir su nombre junto al comportamiento de los insurgentes.
Este libro pregunta ¿gustas? Verbo que, en México como se sabe, tiene el significado de invitar a alguien a compartir algo bueno. El lector, si acepta, leerá desde un ángulo inédito y certero, las relaciones de un científico con una historia bicentenaria mexicana.