Vicente Guerrero
Un hombre, una época y un país
A lo largo y ancho del país, el nombre de Vicente Guerrero figura en escuelas, hospitales, bibliotecas, centros culturales, plazas, pedestales con placas de bronce y estatuas, así como en jardines, mercados, avenidas, colonias y estaciones de transporte público. Su frase célebre, “La patria es primero”, quedó inscrita desde 1971 en las cámaras de Diputados y Senadores del Congreso de la Unión, en el edificio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y en el Palacio Nacional, en la Ciudad de México.
¿Quién fue don Vicente y qué hizo para pasar a las páginas de nuestra historia? ¿Por qué recordarlo hoy, a doscientos años de los hechos en los que fue protagonista, junto con otros hombres y mujeres a quienes denominamos como héroes y heroínas de la Independencia nacional?
Si lo miramos con detenimiento, Vicente Guerrero fue un novohispano de ascendencia afroamericana, suriano, arriero de profesión, insurrecto, rebelde, jefe de hombres y mujeres, vencedor, indeclinable, líder popular, significante de la otredad, político que logró ascender a presidente de la República, admirado, denostado, traicionado, fusilado y reivindicado. Es un espejo de nuestro pasado. Lo recordamos hoy porque su vida es signo de una transformación profunda, de lo que histórica y unificadoramente se forjó como México.