Corridos de caballos
Corridos de caballos es un libro que cabalga a través de diversas praderas de nostalgia y melancolía. En sus poemas, finamente trabajados, de emotividad elegantemente contenida y de logrado ritmo, encontramos, por ejemplo, lo que queda apenas del siglo XX y sus ideologías, entre las que resalta las de la Revolución Mexicana —que pareciera, en muchos sentidos, no haber sucedido en realidad—. Asistimos a la contemplación de ausencias evidentes como las del padre y el abuelo, y a otras que, como las del honor, la comunidad o la idea del progreso, van surgiendo de entre las líneas con sobria sencillez y honestidad.
El carácter dominante de los poemas es anecdótico, un diario que parte de observaciones externas que se vuelven inmediata e indefectiblemente internas: trozos de espejo que van conformando la identidad de la persona poética y que terminan por reflejarnos a nosotros mismos, en una identificación natural y progresiva con esa voz que nos lleva, página a página, por un mundo en el que todo parece recuerdo, incluso aquello que todavía queda por venir.