Mujeres que cuentan
Sin antes haber incursionado en el quehacer literario, con la convicción de que cerrar los ojos es no tener nada y abrir los ojos es tenerlo todo, a estas mujeres las incentivó narrar sus anécdotas que se imprimen en Mujeres que cuentan, su primera publicación.
En sus historias nos ofrecen sus recuerdos, algunos felices, otros tormentosos, sus dificultades, sus malos momentos y situaciones que les alegraron así como sus amores y experiencias.
Su estilo coloquial merece elogios por ser narrado de forma por demás sencilla. En sus ensayos sentimos convivir sus sentimientos, conocer sus deseos, nos hacen partícipes de sus esperanzas, su esfuerzo para conseguir sus propósitos, sus actitudes para desterrar sus penas y detonar sus alegrías. En su narrativa no se escuchan voces intolerantes, se siente su libertad y su individualismo.
Al analizar en forma global esta obra, se percibe que es clara y concisa, sin alardes ni adjetivos grandilocuentes, razón por lo que es admirable.