Por aquí pasaba un rio, y yo también
Todo es asombroso en esta novela: Lagos de Moreno, su casi doble Lille, Francia, y las cinco ciudades fantásticas que, en miniatura, conviven con esa ciudad de cuesta-arriba y cuesta-abajo: Arriba, el Calvario en la Colina de la Calavera; Abajo, el río con su majestuoso puente, Patrimonio de la Humanidad.
Imaginario y fantasía, ciudadanos reales y personajes fantásticos, se topan en las calles de esta ciudad, ciñéndose a la original y estricta lógica del más emblemático de sus patriarcas, el más increíble, el más original, el más ingenioso, el pícaro involuntario, Don Diego Romero, El Alcalde de Lagos.
Entre la ironía, el juego, el humor, la broma, las astucias del lenguaje, las invenciones estrafalarias, y el desenfado, deambulan las anécdotas de esta novela por las calles de Lagos de Moreno, lugar por donde pasaba un río... y el lector también.