Entre dos silencios
La obra narrativa de Hilma, entiendo, habla por sí misma, como es el caso de su colección de cuentos Entre dos silencios. Detrás de sus cuentos está su historia extratextual, la no narrada, la que llevamos a cuestas las mujeres que nos enmarcamos en un silencio escogido, opcional, para no revelar nuestra propia identidad; esa que no aparece en ninguna nota crítica o ficha biográfica o que, al contemplarse una fotografía de nuestro rostro, ocultamos porque somos una metáfora cuando nos colocamos las rejas del silencio para justificar la voluntad de autoprotegernos del mundo: sí, del mundo por la “peligrosa” rebeldía que asumimos y que puede arruinar o desvanecer nuestra existencia, más aun cuando se reivindica ser un alma libre.
Entre dos silencios se publica cuando Hilma tiene 77 años de edad. Y es cuando se revela su cuento lésbico “La Espera”, guardado, quizás autocensurado por la propia autora. Lo escribió en mayo de 1952, justo cuando residía en el Edificio Gautier de la calle Rosa Duarte 8-B, en la ciudad capital y, su vecina era una destacada autora contemporánea que, al decir de su círculo más cercano, “deliraba de amor por Hilma”.