Plato frio
Sosteniendo en el aire y sin dejar de mirar el vaso que contenía un shisky en las rocas, Ismael Camacho lanzó la pregunta al aire.
Sin hacer ningún movimiento, los tres compañeros de mesa que tenía intercambiaron miradas perplejas entre ellos. Todos esperaban que alguno hiciera algún movimiento que indicara que tenía la intención de tomar la llamada. Se limitaron a arquear o fruncir el ceño en señas de que no sabían cuál de ellos era el propietario del celular que sonaba