Los simuladores
Tal como sobrevuelan este mundo que danza y ríe con descaro al borde del abismo, aves carroñeras acechan desde lo alto a las nueve ficciones aquí reunidas. Estas son cautivantes historias de extravíos, olvidos y silencios que transcurren en escenarios aparentemente disímiles (desde volcanes centroamericanos a megalópolis anónimas, de pueblos inundados a bosques remotos, del sureste mexicano a Hollywood), todos parte de un mismo planeta en avanzado estado de descomposición.
Por medio de una prosa mordaz, ágil y breve, sin distracciones, Eduardo Arochi imagina a los personajes que habitan estas páginas inmersos en realidades paródicas y turbias donde el pasado refuta al futuro, las memorias son inventadas o inexistentes y los caminos antes familiares se desdibujan frente a sus miradas perplejas. Ante esta precariedad Los simuladores sobreviven —como los textos mismos— a través del artilugio y la broma, se debaten entre el activismo y el cinismo, la esperanza y su ausencia.