Reseña

Los primeros seres humanos se revelarán en contra de su Creador
para resultar expulsados de su maravilloso huerto, el Edén. El
hombre y la tierra son maldecidos: desde la más pequeña creatura hasta la corona de la creación, el hombre. A medida que la
perversidad se reproduce en la tierra, lentamente todo sufre un
proceso de corrupción. La tierra que había sido creada como un
paraíso, sin necesidad de lluvia, sin cercados de protección y sin
formas de dominación de la naturaleza, se convierte entonces en
una tierra de exilio, trabajo y dolor. Surgen gigantes de seis dedos,
bestias colosales y extrañas pestes. A lo largo del gran Continente
el hombre se expande, pero junto con él las demás quimeras
también.
Desde Bábil, la ciudad-capital de los colosos, el principal enemigo
del linaje de Adán diseña un plan para culminar lo que inició en
el Edén. La antigua y misteriosa serpiente, llamada Belial, determina conquistar las ciudades de los hombres; las contaminará
con la maldad raigal del paraíso: ofreciendo poder, ciencia y belleza a los seres humanos a cambio del dominio de su mente y corazón. Ahora, en lugar de rendirse al Creador deberán de hacerlo
ante Belial. En las ciudades que domina la serpiente, los humanos
tienen la marca del rey malvado. Todos aquellos que intiman con
los colosos y su cultura contraen enfermedades y las mujeres
misteriosamente serán estériles. El linaje de Adán comienza a
peligrar.
La civilización restante se refugia en dos ciudades: Salehm y Bernhalia, es en el extremo de ésta, en la península más alejada, que
moran los hijos de los hombres que han determinado no confraternizar con la cultura de los gigantes ni con su rey serpiente. Los
peninsulares comienzan a sufrir ataques y percances trágicos.
Muchos de ellos mueren de extrañas enfermedades, ataques de
asesinos y bestias.