Reseña

Prólogo
Sí en 2019 la Academia Mexicana de la Historia festejó su primer centenario, éste de 2023 cumple setenta años con sede propia. Efectivamente, la Academia deambuló peregrina por la capital tres décadas hasta que un hecho fortuito abrió el cerrojo de su casa en 1953: encontrarle acomodo a una fachada del siglo xviii recibida en donación. Su traslado piedra por piedra inició en la calle de Capuchinas (hoy Venustiano Carranza), donde era ya el único resto de una antigua casa señorial. Y terminó en la plaza Carlos Pacheco, un rincón de la antigua parcialidad indígena de San Juan Moyotla en un predio otorgado por el Gobierno de México a la Academia para su sede (también Moyotlan y Moyotlán, sancionados por el uso). El hecho es elocuente de los vínculos entre la Ciudad de México y los barrios de su entorno, principal tema de este libro.

Decía Luis González (1925-2003) que un prólogo equivale a encender un foco o bombilla eléctrica para que, quien entra a una habitación, sepa lo que hay en ella y evite tropiezos y sorpresas. Es lo que aquí hacemos para que el lector de este libro se adentre lo antes posible en páginas que, confiamos, le interesarán llevándolo a recorrer la sede de la Academia y su entorno a través de los siglos.

Así, pues, este 70 aniversario es la ocasión de estas páginas. Reúnen seis trabajos de investigación y difusión, fruto de un ciclo de conferencias y de un seminario de investigación. Hemos adoptado el título de dicho ciclo “La Ciudad de México en sus barrios: San Juan Moyotla y la Academia Mexicana de la Historia”. Tuvo lugar en el marco de la cátedra anual Rafael Tovar y de Teresa sobre el patrimonio cultural de México, durante los meses de febrero y marzo de 2023. Aquí se pone de manifiesto la historia del barrio de San Juan Moyotla desde los días de la conquista de México-Tenochtitlan hasta nuestro primer cuarto del siglo xxi. También se indaga acerca de la fachada y se hace una propuesta para su restauración, por ser el vestigio que le dio sede propia y acceso a la Academia Mexicana de la Historia. Es una secuencia de historia de espacios y de gente de la cual se sigue la necesidad y deber de restaurar y conservar la evidencia de un esfuerzo plenamente justificado de décadas al servicio del saber histórico.

Se inicia con un texto de Barbara E. Mundy, quien, echando mano de las fuentes cartográficas disponibles, incursiona en los rasgos de la naturaleza lacustre de San Juan Moyotla en cuatro momentos del siglo xvi en que se transita de la marginalidad geográfica a la centralidad política y económica. En el contexto de los barrios de indios de la Ciudad de México, Andrés Lira hace enseguida una aproximación a la plazuela de la Candelaria Atlampa, barrio de la parcialidad de San Juan Tenochtitlan, cuya cabecera se hallaba en Moyotlan. Se vale de una crítica de testimonios documentales y cartográficos que va de finales del siglo xvi a la primera mitad del xix. En el tercer capítulo, Mario Barbosa estudia el crecimiento urbano y se hace cargo de la vida socioeconómica del antiguo barrio, desde finales del XVIII hasta comienzos del siglo xx. Muestra, sin solución de continuidad, los principales hitos de la vocación y tradición comercial de San Juan Moyotla. Por medio de la legislación y metodología subyacente a las declaratorias de zonas de monumentos históricos, Julieta García García y Antonio Mondragón nos entregan una mirada al patrimonio edificado alrededor de la plaza Carlos Pacheco y su entorno, entre el actual mercado de San Juan y el paseo de Bucareli. En el quinto capítulo, Óscar Mazín considera la fachada barroca de la Academia Mexicana de la Historia como un “lugar de memoria”. Lo hace explicando su donación, la búsqueda del predio donde acomodarla y su traslado. También considera el origen del vestigio, su edificación, posible artífice y quiénes fueron sus primeros dueños. Francisco Pérez de Salazar cierra este libro con un estudio de los contextos arquitectónicos de la Ciudad de México que hacen más comprensibles la casa y fachada señorial de Capuchinas. Despliega, finalmente, un plan maestro del que derivan las propuestas de restauración de la portada-sede de la Academia. He aquí, pues, un conjunto de trabajos que testimonian de afanes que llegaron para quedarse y dar continuidad al lugar y tiempos que queremos como académicos.

Andrés Lira

Óscar Mazín